domingo, 6 de febrero de 2011

Guerra del Sinaí

La Guerra del Sinaí, llamada también la crisis de Suez o bien la Guerra de Suez, fue una contienda militar librada sobre territorio egipcio en el año 1956, que implicó a la alianza militar formada por el Reino Unido, Francia e Israel contra Egipto.


Causas de la intervención francesa e inglesa

El Canal de Suez, financiado por Francia y Egipto, comenzó a operar en 1869, convirtiéndose rápidamente en un enlace vital entre el Reino Unido y su colonia más importante, la India. Dada esta relevancia, el Reino Unido compró su participación al Gobierno egipcio. El canal conservó su importancia incluso tras la independencia de la India, puesto que se transformó en la principal ruta para transportar petróleo desde el Golfo Pérsico a Europa, resultando, por tanto, vital para todas las economías de Europa Occidental.

El militar egipcio Gamal Abdel Nasser encabezó en 1952 un golpe de estado contra el gobierno del rey Faruq, proclamando la república y reemplazando las políticas pro-occidentales de la monarquía por una nueva política panarabista cercana al socialismo. En junio de 1956, Nasser fue elegido presidente y, como parte de su nueva política, implantó en el país lo que denominó el nacionalismo socialista árabe. Posteriormente, el gobierno de Nasser compró tanques a Checoslovaquia y reconoció diplomáticamente a la República Popular China. Con Nasser a la cabeza de Egipto, desató una campaña anti-imperialista, por lo que buscó nacionalizar el Canal de Suez (hasta ese momento en posesión anglo-francesa), afectando los intereses económicos británicos y franceses en la zona y firmando a su vez acuerdos de ayuda mutua con Siria y Jordania.

La influencia del presidente Nasser en el mundo árabe y sus proclamas antisionistas eran tan significativas que, supuestamente, afectaban a la seguridad de Israel, provocando las antipatías del Reino Unido y de Francia. En consecuencia, británicos y norteameircanos se negaron a financiar la construcción de la Presa de Asuán, como se habían comprometido con anterioridad. En respuesta a aquello, el presidente Nasser nacionalizó el canal el 26 de julio de 1956 con el objetivo de financiar tal construcción, lo que irritó considerablemente a franceses y británicos, principales accionistas del Canal de Suez y máximos beneficiarios del petróleo que por él circulaba.


Causas de la intervención israelí en el Sinaí

En 1947 se aprobó el Plan de la ONU para la partición de Palestina, resolución que contemplaba la formación de dos Estados sobre el mandato británico. Los Estados árabes circundantes, así como la dirigencia árabe-palestina, rechazaron este acuerdo y le declararon la guerra al Estado judío al momento de declarar su independencia, lo que provocó la Guerra árabe-israelí de 1948, en la que participó, entre otros, el entonces Reino de Egipto. Esta guerra acabó con la victoria de Israel, que no sólo obtuvo su independencia, sino que vio su territorio ampliado con respecto al trazado del plan original de la ONU.

La victoria israelí causó un profundo sentimiento de humillación en la opinión pública de los países árabes, que demandaban una nueva guerra para acabar con Israel. Nasser, como político nacionalista, no podía permanecer insensible a estas demandas ante el riesgo de perder el apoyo popular, y por ende el poder, por lo que convirtió a su país en uno de los principales instigadores de la guerra de guerrillas contra los israelíes.

Al nacionalizar el canal el 26 de julio de 1956, Nasser ordenó el bloqueo de los Estrechos del Tirán, vía de acceso a Eilat, principal puerto mercantil israelí en el Golfo de Aqaba, y que le permitía comunicarse con los mercados del Sudeste Asiático a través del Mar Rojo y el Índico. En octubre de 1956, Egipto, Siria y Jordania firmaron una alianza militar, incrementando aún más la presión sobre Israel.


El plan de intervención en Egipto

En una reunión en las afueras de París entre Francia y el Reino Unido, éstos, contrariados por la nacionalización del Canal de Suez, acordaron aliarse con Israel, que buscaba castigar a Egipto por su apoyo a las guerrillas antisionistas y su bloqueo de los Estrechos del Tirán. El pacto alcanzado incluía una primera invasión israelí del Sinaí, seguida de una oferta de mediación anglo-francesa, que en caso de ser rechazada, se convertiría en casus belli contra Egipto.


El avance

El 29 de octubre de 1956, Israel decretó la movilización de sus fuerzas armadas a través de una planificación eficiente en sólo cuatro días y lanzó la invasión del Sinaí y de la Franja de Gaza, alcanzando rápidamente la zona del Canal de Suez. El desarrollo del conflicto fue para los israelíes de una planificación exitosa, en el sentido de introducir la sorpresa, por lo cual afectó en todos sus aspectos al Ejército egipcio.

La subsiguiente oferta de mediación de Francia y el Reino Unido fue rechazada por Egipto, tal como esperaban, por lo que los dos países europeos comenzaron a bombardear suelo egipcio desde sus bases en Chipre y Malta el 31 de octubre. Reino Unido y Francia reunieron 80.000 hombres y una flota de más de 100 barcos, entre los que había 7 portaaviones. Nasser respondió hundiendo barcos comerciales en el canal, hasta un total de 40, lo que lo convirtió a la región en intransitable hasta principios de 1957. Los bombardeos fueron seguidos por un despliegue de paracaidistas en Port Said a partir del día 5 de noviembre, donde aviones y buques ingleses y franceses intervinieron en el conflicto para proteger el Canal de Suez, atacando Port Said y Port Fuad, por lo cual las tropas israelíes detuvieron su avance a 16 kilómetros al este del canal, situación que fue rechazada por los Estados Unidos, lo que permitió a Nasser la nacionalización del Canal el mismo día que Israel completaba la conquista del Sinaí.

El día decisivo fue el 4 de noviembre, cuando definitivamente quedó la península del Sinaí en poder del Ejército israelí, completando la ocupación de dicha zona (con excepción de la franja ribereña del canal) encontrando simultáneamente al ejército egipcio derrotado. El 5 de noviembre de 1956 se dispuso el cese al fuego por parte de la ONU.

Posteriormente, la ONU acordó la retirada de las fuerzas israelíes de la Península del Sinaí y de la Franja de Gaza, del mismo modo que accedió a reconocer la frontera egipcio-israelí como una línea de tregua, la misma existente antes del conflicto acordada en el armisticio de 1949, siendo garantizada por las Fuerzas de Emergencia de las ONU que se instalaron en territorio egipcio, ya que Israel no aceptó la instalación en su territorio de fuerzas de paz, acordándose la libre navegación de buques israelies en el Estrecho del Tirán.


La retirada

Los Estados Unidos y la URSS estaban en contra de la intervención de la triple alianza por distintas razones. Los soviéticos se habían convertido en uno de los principales aliados de Siria, y buscaban incrementar su popularidad en el mundo árabe.

Los estadounidenses, por su parte, alegaron no haber sido informados de la invasión por sus aliados, y la administración de Dwight Eisenhower tenía que demostrar al mundo que no permitiría esa clase de comportamientos por parte de sus aliados si pretendía que sus denuncias de la intervención soviética en Hungría tuvieran alguna clase de credibilidad. El 30 de octubre de 1956, la Administración norteamericana llevó al Consejo de Seguridad una resolución que pedía la retirada israelí del Sinaí, aunque fue vetada por Francia y el Reino Unido.

La amenaza económica norteamericana, unida a la amenaza de agresión de la URSS (que dijo planear usar "modernas armas de destrucción" contra Londres y París), fue determinante para la retirada de las fuerzas anglo-francesas e israelíes del Sinaí. Esta retirada fue auspiciada por Lester Pearson, quien sugirió la creación de un cuerpo especial de interposición, la UNEF y los Cascos Azules, entre Egipto e Israel, sugerencia que fue aprobada en la ONU y que más tarde le valió a Pearson el Premio Nobel de la Paz de 1957.

La retirada de los tres aliados se completó a principios de 1957. Israel había conseguido sus objetivos principales de asegurar el paso libre de barcos en los Estrechos del Tirán y el final de las incursiones guerrilleras dentro de su territorio. Por su parte, ni el Reino Unido ni Francia consiguieron evitar la nacionalización del Canal de Suez. Perdieron influencia mientras que los Estados Unidos se convirtieron en pieza clave de la política en Oriente Medio.


Consecuencias


Para franceses y británicos, la retirada forzada de la guerra fue una comprobación desalentadora de que ya no eran más que potencias subordinadas a los dos grandes poderes que proliferarían desde entonces: los Estados Unidos y la URSS. El primer ministro británico, Anthony Eden, presentó la dimisión por la participación de su país en la guerra, mientras que en Francia, Charles de Gaulle aumentó su desconfianza hacia los Estados Unidos.

En Israel, la retirada forzosa dejó un sentimiento mixto, ya que aunque el ejército israelí no había encontrado ningún obstáculo serio en su avance por el Sinaí y su consiguiente victoria militar, demostró cuanto valía como fuerza militar y potencia en la región, a pesar de que ninguno de los objetivos políticos de la guerra había sido alcanzado, pues Egipto no se comprometió a modificar su actitud hacia Israel, aunque, al menos, reabrió el paso de los Estrechos del Tirán a la circulación de barcos israelíes y permitió el asentamiento de la UNEF en la frontera entre los dos países.

Nasser se alzó como el claro beneficiado de la guerra. Aunque militarmente sólo obtuvo fracasos, políticamente salió reforzado ya que el canal continuó nacionalizado como propiedad del estado egipcio y, ante los ojos de la opinión pública árabe, se había opuesto al Reino Unido, a Francia, y, sobre todo a Israel, sin haber sido derrocado del poder. Nasser fue aclamado como un héroe en el mundo árabe.

Sin un cambio de actidud por ninguna de las partes, era evidente que la crisis entre Israel y Egipto no tardaría en repetirse. En junio de 1967, tras un nuevo bloqueo egipcio de los Estrechos del Tirán, estalló la Guerra de los Seis Días, continuación natural de esta guerra.

No se obtuvo la paz, sino que se volvió a la misma situación antes del inicio del conflicto y las Fuerzas de Emergencia de la ONU tomaron posesión a lo largo de la frontera de ambos países, cuyo objetivo era el de asegurar el cumplimiento del cese de las hostilidades.

Jesús Enrique Ramirez Contreras

Conflicto entre India y Pakistán

El conflicto entre India y Pakistán es un conflicto que tiene su origen en la independencia de estos países en 1947 del Raj Británico aunque sus antecedentes históricos datan de alrededor del año 1000 por lo que ha llegado a ser nombrado el conflicto de los mil años. El conflicto entre los dos países ha desatado dos guerras y en 1998 estuvo cerca de desatarse una confrontación nuclear.

La disputa está centrada en el estado de Cachemira, que actualmente pertenece a la India pero que los pakistaníes reclaman como propio, argumentando que la población es musulmana en su mayoría.

Estos dos países se encuentran entre los 10 más poblados del mundo, y entre ambos suman más de 1300 millones de habitantes con una superficie conjunta de aproximadamente 4 millones de kilómetros cuadrados.


Los orígenes históricos del conflicto

En el momento, los practicantes del Islam habían alcanzado ya un importante poder religioso muy fuerte en la zona de Oriente Medio y buscaron expandirse hacia la India. Según algunos, para continuar el mandato divino de combatir a los infieles. Según otros, lo hicieron atraídos por las fantásticas riquezas de los rash (reyes) y aprovechando que tras siglos de prosperidad y culto a una religión pacifista como el hinduismo, los hindúes no se encontraban en el momento más propicio para defenderse de una invasión.

Independientemente del motivo, el sultán Mahmud invadió la India en el año 1008 y comenzó así la ocupación musulmana efectiva del territorio indio. Durante casi dos siglos, los musulmanes se conformaron con el Panyab, pero hacia el año 1200, se expandieron hacia el valle del Ganges y concluyeron la conquista del Norte del país.

Poco después, obtuvieron el reconocimiento del califa de Bagdad y Quutb-ul-din se proclamó sultán de la India. De este modo, los musulmanes se mantuvieron como la principal fuerza del Norte del subcontinente hasta la llegada de los europeos. Desde luego, la enorme población india no se sometió completamente y siguieron existiendo algunos estados independientes no musulmanes, aunque solo como una sombra de lo que otros habían sido. Las sierras y la selva virgen mantuvieron a la India meridional al margen de este conflicto, que continua hasta la actualidad.


Independencia

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Inglaterra reconoció la independencia de sus colonias en el territorio indio. Los musulmanes optaron por formar un estado separado (Pakistán), con un gobierno islámico. Sin embargo, este país está muy estrechamente vinculado en un sentido histórico, social y geográfico con la India, por lo cual la separación dejó secuelas, producto del difícil trazado de una frontera.

Jesús Enrique Ramirez Contreras

Guerra árabe-israelí de 1948

La guerra árabe-israelí de 1948, también conocida por los israelíes como Guerra de la Independencia (hebreo: מלחמת העצמאות) o Guerra de Liberación (hebreo: מלחמת השחרור), fue el primero de una serie de conflictos armados que enfrentaron al Estado de Israel y a sus vecinos árabes, en lo que se conoce globalmente como el conflicto árabe-israelí. Para los árabes palestinos, esta guerra marcó el comienzo de lo que ellos denominan Nakba (en árabe النكبة, "Catástrofe").

Las Naciones Unidas acordaron la partición del Mandato Británico de Palestina en dos estados: uno árabe y otro judío, resolución aceptada por la dirigencia judía y rechazada por los árabes.

Dicho mandato expiraba el 15 de mayo de 1948. Seis horas antes (para no coincidir con el shabat), durante la tarde del 14 de mayo, fue proclamada por David Ben-Gurión la independencia de Israel en Tel Aviv, reconocida rápidamente por Estados Unidos, la Unión Soviética y muchos otros países. El mismo día de la retirada británica de la región, tropas libanesas, sirias, iraquíes, egipcias y transjordanas, apoyadas por voluntarios libios, saudíes y yemeníes, comenzaron la invasión del recién proclamado Estado judío.

Tras la derrota del Imperio otomano en la Primera Guerra Mundial, la Sociedad de Naciones garantizó a británicos y franceses la administración temporal de las provincias otomanas. Estas regiones, que bajo el dominio otomano se denominaron vilayatos, pasaron a llamarse mandatos. Franceses y británicos, trazando arbitrariamente fronteras, dividieron el área en cuatro secciones.

La cuarta sección fue creada a partir de lo que se conocía como "Siria del Sur". La región fue oficialmente denominada como "Mandato Británico de Palestina". Esta región, cuyas fronteras fueron revisadas repetidamente bajo la dirección de Winston Churchill, a su vez se dividían en dos regiones administrativas: la parte oriental al río Jordán se conoció como Transjordania (que en 1950 pasaría a renombrarse como Jordania), mientras que el área occidental siguió conservando el nombre de Palestina.

En 1922 la población del mandato (incluyendo Transjordania) estaba conformada por 589.200 musulmanes, 83.000 judíos, 71.500 cristianos y 7.600 de otras confesiones. Durante todos estos años la inmigración judía fue aumentando, en gran parte debido a la persecución que los judíos sufrían en Europa. Esta inmigración, junto con los contínuos llamamientos para el establecimiento de un estado judío en Palestina, no fue bien recibida por los árabes.

Bajo el liderazgo de Amin al-Husayni, el gran mufti de Jerusalén, los árabes locales se rebelaron contra los británicos y atacaron repetidamente a la creciente población judía. Estos ataques dieron lugar a diversos disturbios como el motín de Palestina de 1920, el motín de Jaffa de 1921 o el motín palestino de 1929, en el que 135 judíos fueron asesinados en Hebrón y alrededores.


La Gran Revuelta Árabe y sus consecuencias

En abril de 1936, los dirigentes árabes en el Mandato Británico de Palestina, liderados por Amin al-Husayni, declararon una huelga general para protestar contra la inmigración judía. Alrededor de un mes después del inicio de la huelga general, estos dirigentes declararon la negativa a pagar impuestos como oposición explícita a la inmigración judía, lo que dio comienzo a una insurrección armada. Así, dicha insurrección empezó siendo esporádica, volviéndose más organizada con el tiempo, llegándose a prolongar hasta 1939. Cuando el orden se estableció en marzo de ese mismo año, más de 5.000 árabes, 400 judíos y 200 británicos habían muerto.

Los ataques árabes a la población judía durante esta revuelta tuvieron tres efectos: en primer lugar, dieron lugar a la formación y desarrollo de milicias paramilitares judías de autodefensa como la Haganá, que en la guerra de 1948 resultó ser decisiva. En segundo lugar, quedó patente que ni judíos ni árabes podrían convivir juntos en un mismo estado, tomando forma la idea de la partición del territorio en dos estados. Por último, los británicos promulgaron el Libro Blanco de 1939, que restringía severamente la inmigración judía, lo que provocó que segmentos de la población judía se radicalizaran y se negaran a colaborar con los británicos.

El ocaso del dominio colonial en la región

Mientras tanto, las naciones árabes comenzaron a deshacerse del dominio colonial. Transjordania, bajo el dominio de la dinastía hachemita de Abdullah, declaró su independencia de Gran Bretaña en 1946. Los británicos pusieron al hermanastro de Abdullah, Faysal, en el trono de Iraq. En 1945 Egipto negociaba los términos de su independencia. Líbano sería un estado independiente en 1943, si bien los franceses no retiraron sus tropas hasta 1946, el mismo año que Siria declaró su independencia también de Francia.


El Plan de Partición de la ONU

Artículo principal: Plan de la ONU para la partición de Palestina de 1947
El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 181 que ponía fin al Mandato Británico de Palestina y que dividía el territorio en dos estados: uno judío y otro árabe. Jerusalén y Belén, debido a su importancia histórico-religiosa, permanecerían como zona internacional administrada por la ONU. Aunque tanto judíos como árabes criticaron determinados aspectos del plan, pues era territorialmente poco viable para ambos, fue recibido con entusiasmo por la mayoría de la población judía, incluyendo la Agencia Judía. Sin embargo, fue considerado inaceptable por parte de los estados árabes vecinos y de los propios árabes que vivían en Palestina.

La resolución 181 de la ONU otorgó a las aspiraciones sionistas aval jurídico y legitimación moral para constituir su propio Estado pero en modo alguno aseguraba su realización, ya que en aquel entonces la ONU no contaba con ninguna clase de fuerza armada capaz de garantizar sus propias decisiones. Tampoco Estados Unidos, que creía ver veleidades filosoviéticas en Ben Gurión y en el Mapai, estaba dispuesto a apoyar el envío de un contingente internacional e incluso embargó la venta de armas a Palestina. Ante el cariz violento de los hechos, llegó a plantearse el aplazamiento del Plan. Por su parte, la única potencia colonial en la zona, Reino Unido, se inhibió en la complicada tarea de hacer cumplir el plan de partición e, incluso, en ciertos momentos lo boicoteó, oponiéndose a todo mandato internacional que redujese su influencia en la zona. Todos esos factores adversos al plan de partición se unían a la abierta oposición árabe y árabopalestina, que tildaba la decisión de la ONU de "injusta" e "ilegal" y se empleaba en su retórica bélica advirtiendo que, de llevarse a cabo, provocaría la guerra.

La URSS fue la única potencia que apoyó decididamente el mantenimiento firme del plan aprobado, oponiéndose a la marcha atrás de Estados Unidos en aquellos meses que transcurrieron entre la resolución de la ONU y el final del mandato británico. La URSS confiaba en poder establecer un Estado satélite en la zona, afín al bloque socialista. En estrecho contacto con la Agencia Judía, impidió que ninguna otra resolución de la Asamblea General se opusiese al Plan de Partición. Así, Andréi Gromiko al frente de la delegación soviética, declaró el 23 de marzo de 1948: «El único medio de reducir el baño de sangre es la creación rápida y efectiva de dos Estados en Palestina.» Para entonces, los dirigentes de la Agencia Judía y del yishuv tenían perfectamente claro que la creación del Estado no podía depender exclusivamente de la vía diplomática, sino de la firme determinación de los propios sionistas para llevarlo a cabo.


Balance inicial de fuerzas

Fuerzas del Yishuv
En noviembre de 1947, la Haganá contaba con una fuerza móvil, Hish, compuesta por 20.000 soldados y 10.000 reservistas (con edades comprendidas entre los 18 y 25 años) y una unidad de élite, Palmaj, compuesta por 2100 soldados y 1000 reservistas. Todas estas unidades estaban respaldadas por una fuerza de guardia (Heil Mishmar) compuesta por hombres y mujeres de más de 25 años. Así las fuerzas del yishuv ascendían a cerca 35.000 soldados: de 15.000 a 18.000 soldados de la Haganá más la fuerza de guardia, unos 20.000. Los otros dos grupos clandestinos, Irgún y Lehi, contaban con 2000 y 500 miembros respectivamente. Cabría añadir, además, a aquellos soldados que lucharon en el ejército británico en la Segunda Guerra Mundial y que no sirvieron en ninguna de las milicias sionistas clandestinas, pero que prestaron apoyo logístico y experiencia durante la guerra.

Para septiembre de 1947, la Haganá poseía 10.489 rifles, 3500 pistolas y 760 morteros aproximadamente, más las adquiridas del enemigo durante los primeros meses de hostilidades. Además, entre octubre de 1947 y julio de 1948, el Yishuv fabricó 3 millones de balas, 150.000 granadas, 16.000 pistolas y 210 morteros. Se calcula que antes de que llegaran armas de Checoslovaquia como parte de la Operación Balak, solo uno de cada tres soldados estaba armado, excepto en el Palmaj que eran dos de cada tres. Hay que añadir que, inicialmente, la Haganá no contaba con artillería, vehículos armados, armas anti-tanques o anti-aéreas.

Fuerzas árabe-palestinas
Por parte palestina, existían dos organizaciones paramilitares formadas por jóvenes: una fiel a Husayni, Futuwa y otra anti-Husayni, Najjada ("cuerpos auxiliares"). Estos grupos contaban con alrededor de 12.000 voluntarios.

En diciembre, Abd-al Qadir Husseini llegó a Jerusalén con cientos de combatientes que habían sido entrenados en Siria y que formaban el Santo Ejército.

En cuanto al equipamiento de las fuerzas palestinas, este era muy pobre. Los británicos confiscaron gran parte de su arsenal en la Gran Revuelta Árabe y durante la Segunda Guerra Mundial.



Fases de la guerra

29 de noviembre de 1947 - 1 de abril de 1948
El día siguiente de la resolución 181 de la ONU siete judíos fueron asesinados por árabes en tres incidentes distintos: a las ocho de la mañana tres árabes atacaron un bus que hacía el trayecto Netanya-Jerusalén, matando a cinco pasajeros judíos. Media hora después, un nuevo ataque en un autobús causaba un nuevo muerto. Hubo un nuevo asesinato de un hombre de 25 años en Jaffa, donde algunos hablaban de asesinatos de árabes por parte de judíos. También hubo incidentes en las cárceles.

En Jerusalén el Supremo Comité Árabe proclamó una huelga general de tres días, hasta el jueves 2 de diciembre que debía ser seguida de una demostración de fuerza en la plegaria del viernes. La sentencia del Comité incluía ocho resoluciones, la última de las cuales exigía al gobierno británico la cesión inmediata de Palestina al pueblo árabe. Los ataques se intensificaron y el 11 de diciembre, el corresponsal de The Times en Jerusalén estimó el número de muertos en unos 130, de los cuales cerca de 70 eran judíos, 50 árabes y 4 británicos.

Con el paso del tiempo creció la violencia entre los contendientes. Incursiones, bombardeos y diversos ataques que entre noviembre de 1947 y febrero de 1948 habían ocasionado más de setecientos muertos y mil ochocientos heridos entre todos los bandos. Las fuerzas se organizaron cada vez mejor. La Legión Árabe atacó un convoy de autobuses civiles judíos el 14 de diciembre y el 18 las fuerzas de la Haganá se movieron de sus posiciones fortificadas en los kibutz atacando el poblado de Al-Khisas. Tres semanas más tarde comenzaron a formarse milicias árabes de guerrilla para luchar contra las fuerzas judías. El mayor grupo lo conformó el Ejército Árabe de Liberación, creado por la Liga Árabe y comandado por el nacionalista árabe Fawzī al-Qawuqjī. En enero y febrero milicias guerrilleras árabes atacaron comunidades judías del norte de Palestina, aunque sin conseguir ningún resultado.


Los árabes concentraron sus esfuerzos en cortar la comunicación de las zonas hebreas con las zonas de población mixta. Mientras, la Haganá se aprovisionaba de armas provenientes de Checoslovaquia.

1 de abril de 1948 - 15 de mayo de 1948
Las fuerzas judías demostraron ser militarmente más fuertes que lo que imaginaron los árabes y para mayo ya atacaban aldeas y ciudades árabes, especialmente aquellas que controlaban el camino a poblaciones judías aisladas.

El camino a Jerusalén fue obstaculizado por soldados árabes que se encontraban apostados en las aldeas que lo rodeaban y la ciudad estaba bajo sitio árabe. Numerosos convoyes judíos que proporcionaban alimentos y otras necesidades a la ciudad fueron atacados. En la Operación Najshón, la Haganá continuó los ataques contra las fuerzas árabes y abrió temporalmente el camino a Jerusalén (20 abril).

Alguna de las aldeas cercanas a Jerusalén fueron atacadas y devastadas por los judíos. Tal fue el caso del ataque a Deir Yassin en la que se calcula que las fuerzas de Irgún y Lehi asesinaron a 250 árabes.[4] No obstante, estas actuaciones fueron denunciadas por Ben-Gurión, que pretendía distanciar a la Haganá de los atacantes. Estos ataques provocaron pánico en los árabes y muchos de ellos optaron por huir. Igualmente, los ataques árabes contra judíos también se recrudecieron: así, el 13 de abril los árabes atacaron un convoy médico que iba de camino al hospital Hadasa en el que cerca de 77 doctores, enfermeros y otros civiles judíos fueron asesinados.

En el período comprendido entre abril y mayo, las fuerzas judías, mediante el Plan Dalet (cuyo objetivo primordial era lograr una continuidad territorial en lo que sería el futuro Estado judío), lograron conquistar varios poblados árabes; y ciudades mixtas tales como Tiberíades, Haifa, Safed, Beit She'an, Jaffa y Acre, provocando al mismo tiempo la huida de gran parte de las poblaciones árabes que allí habitaban. Al mismo tiempo el Yishuv pudo obtener por diversos medios una suma importante de nuevas armas provenientes del exterior, principalmente de Checoslovaquia.

Mientras tanto, se sucedían frenéticos contactos diplomáticos entre las partes. El 10 de mayo Golda Meir representó al yishuv en la última de una serie de reuniones secretas entre judíos y el rey transjordano Abdullah. A raíz de estas reuniones, durante meses existió un acuerdo tácito entre sionistas y transjordanos por el cual se impediría la creación de un estado árabe-palestino, siendo Transjordania quien controlaría el territorio árabe. Sin embargo, en la reunión del 10 de mayo el rey Abdullah ofreció la autonomía del yishuv a los judíos, pero única y exclusivamente bajo dominio de un agrandado reino hachemita, cosa que los judíos consideraron inaceptable.

El 13 de mayo la Liga Árabe acordó enviar tropas a Palestina cuando el Mandato Británico expirara y el rey Abdullah fue designado comandante en jefe de las fuerzas armadas árabes.

15 de mayo de 1948 - 11 de junio de 1948
El Mandato Británico en Palestina expiró el 15 de mayo, si bien el futuro primer ministro israelí, David Ben-Gurión, declaró la independencia el 14, reconocida rápidamente por la Unión Soviética, Estados Unidos y otros países.

En los días siguientes a la declaración de independencia del Estado de Israel, aproximadamente 1000 libaneses, 5000 sirios, 5000 iraquíes y 10.000 soldados egipcios invadieron al recién creado estado. Cuatrocientos soldados transjordanos, por su parte, ayudados por voluntarios sirios, libios y yemeníes invadieron el corpus separatum, rodeando Jerusalén y sus alrededores.

En un cablegrama oficial del secretario general de la Liga Árabe al secretario general de la ONU el 15 de mayo de 1948, los estados árabes aseguraron que su objetivo era crear un único estado árabe en Palestina, en lugar de lo acordado por la resolución 181 que proponía la creación de un estado árabe y otro judío.

Israel, Estados Unidos y los soviéticos calificaron la entrada de los ejércitos árabes en Palestina como una agresión ilegal. El secretario general de la ONU, Trygve Lie, aseveró que aquella era "la primera agresión armada desde el final de la Segunda Guerra Mundial".

El 26 de mayo de 1948 se constituyeron las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), quedando unificadas las fuerzas paramilitares de la Haganá, Palmaj, Lehi e Irgún.

Conforme iba avanzando la guerra, las IDF iban incrementando su número de efectivos: en julio de 1948 contaban con 63.000 efectivos; en la primavera del año siguiente, éstos ascendían a 115.000. Los árabes contaban, por su parte, con 40.000 soldados en julio de 1948, 55.000 en octubre del mismo año y un poco más el año siguiente.

La aviación israelí fue puesta bajo el control del Sherut Avir, el servicio aéreo en noviembre de 1947. Inicialmente, las operaciones aéreas partían del pequeño aeropuerto civil de Sde Dov en Tel Aviv. El 10 de mayo de 1948 Sherut Avir cambió su nombre por el de Fuerza Aérea Israelí.

Al comienzo de la guerra, la primera misión de las IDF fue la de impedir el avance árabe hasta que llegaran refuerzos y armas. La mayor lucha fue librada a medio camino entre Jerusalén y Tel Aviv entre soldados transjordanos y fuerzas israelíes. Abdullah ordenó a Glubb Pasha, comandante transjordano, entrar en Jerusalén. Así, entre el 19 de mayo y el 28 de mayo se libraron duros ataques. Los árabes tuvieron éxito y expulsaron a las fuerzas israelíes tanto de los barrios árabes como del barrio judío en la ciudad vieja de Jerusalén. Todos los habitantes judíos de la ciudad vieja fueron expulsados por los transjordanos. Mientras, las tropas iraquíes fracasaban atacando a los asentamientos israelíes y tomaron posiciones defensivas alrededor de Yenín, Nablús y Tulkarem.

El 24 de mayo de 1948 fuerzas judías en el área de Latrún atacaron a la Legión Árabe en la operación Bin-Nun A. El 1 de junio de 1948 repetían la operación bajo el nombre de Bin-Nun B. Ambos ataques fallaron y las fuerzas israelíes sufrieron numerosas bajas.

En el norte, el ejército sirio era bloqueado en el kibutz Degania por colonos. En el sur, un ataque egipcio permitió entrar en varios kibutzim, pero fueron repelidos cerca de Ashdod.

Las fuerzas israelíes no sólo controlaban el territorio que les asignó la ONU, sino que conforme iba avanzando la guerra lo ampliaron.


Primera tregua (11 de junio de 1948 - 8 de julio de 1948)

La ONU, gracias a la mediación de Folke Bernadotte, declaró una tregua el 29 de mayo, pero esta no tuvo efectos hasta el 11 de junio, durando 28 días. Se declaró, además, un embargo de armas con el objetivo de impedir el rearme tanto de israelíes como de árabes.

Durante el cese del fuego Bernadotte presentó un nuevo plan de partición que otorgaba Galilea a los judíos y el desierto del Néguev a los árabes, pero ambas partes lo rechazaron. El 8 de julio terminó la tregua: el general egipcio Muhammad Naguib atacaba posiciones israelíes.

8 de julio de 1948 – 18 de julio de 1948
En los diez días que transcurrieron entre la primera y la segunda tregua tuvieron lugar distintas operaciones ofensivas israelíes destinadas a capturar el territorio que había caído en manos de los árabes.

Operación Dani
Con el objetivo de conquistar el territorio árabe alrededor de Tel Aviv, el 11 de julio de 1948 los israelíes capturaron la ciudad de Lod y su aeropuerto, defendido por el ejército transjordano, milicias palestinas locales y el Ejército Árabe de Liberación, en la que los bombardeos (utilizados por primera vez en el conflicto) jugaron un papel esencial. El día siguiente, 12 de julio, Ramla caía también en manos israelíes.

El 15 y el 16 de julio los israelíes lanzaron una ofensiva para capturar el área de Latrún, pero no lo consiguieron. Los ataques se prolongaron hasta el 20 de julio.

Operación Kedem
Se pretendía conquistar Jerusalén Oriental. Fue llevada a cabo el 8 de julio por los grupos paramilitares de Irgún y Lehi con la ayuda de la Haganá. Tras intensos combates, el 14 de julio lograron capturar la ciudad árabe de Malha, pero en el camino a la zona antigua de Jerusalén las fuerzas israelíes fueron repelidas.


Segunda tregua (18 de julio de 1948 - 15 de octubre de 1948)
A las 19 horas del 18 de julio entró en vigor la segunda tregua del conflicto, después de los esfuerzos diplomáticos de la ONU.

El 16 de septiembre, Folke Bernadotte, mediador de la guerra designado por la ONU, propuso una nueva partición de Palestina. Su propuesta defendía la existencia de dos estados independientes. La propuesta contenía siete premisas básicas, que establecían la sustitución de la tregua por una paz formal o un armisticio, se debía reconocer al estado de Israel y se debía facilitar la vuelta de exiliados y danmificar a los perjudicados con la guerra. Sin embargo, Bernadotte fue asesinado por el grupo Lehi al día siguiente de presentar su propuesta. Fue sustituido por Ralph Bunche y la propuesta de paz quedó en punto muerto.

15 de octubre de 1948 - 20 de julio de 1949
Entre el 15 de octubre y el 20 de julio Israel desarrolló una serie de operaciones militares destinadas a expulsar a los ejércitos árabes y asegurar las fronteras de Israel, logrando expulsar a los ejércitos sirio, libanés e iraquí de toda Galilea y al ejército egipcio de todo el desierto del Neguev, consolidando al mismo tiempo sus posiciones en la parte oeste de Jerusalén y las zonas cercanas al centro del país.

El 24 de octubre, las Fuerzas de Defensa Israelíes lanzaron la Operación Hiram y capturaron toda la zona superior de Galilea, expulsando definitivamente al Ejército Árabe de Liberación y el ejército libanés hacia el interior del Líbano. La ofensiva militar resultó en un éxito rotundo hacia el final del mes, ya que Israel no solo logró capturar toda la región de Galilea, sino que además logró penetrar ocho kilómetros en el interior del territorio libanés hasta el Río Litani.

El 15 de octubre, respondiendo a las constantes violaciones de la tregua por parte de Egipto, las fuerzas israelíes lanzaron la Operación Yoav en el norte del Néguev. El objetivo de la operación consistía en abrir un cerco separador entre las unidades del ejército egipcio ubicadas entre la costa y la ruta Beersheva-Hebrón-Jerusalén, para finalmente lograr la definitiva conquista de todo el desierto del Néguev. La operación fue dirigida por el comandante del Distrito Sur del Tzahal, Yigal Alón. Durante el transcurso de la operación se obtuvo un éxito inmenso en lograr las metas prefijadas al derrotar en las batallas al ejército egipcio y conseguir que se retirara del norte del Néguev, principalmente de Beersheva y Ashdod. El 22 de octubre los comandos de la recién creada marina israelí consiguieron en su primera misión hundir el buque insignia egipcio Amir Faruk.

El 22 de diciembre unidades del ejército israelí expulsaron o aniquilaron a las remanentes fuerzas egipcias que todavía operaban en el sur de Israel, lanzando para este fin la Operación Horev (también llamada "Operación Diez Plagas"). El objetivo primordial de la incursión era el de limpiar toda la región del Néguev de cualquier presencia egipcia, destruyendo cualquier amenaza militar contra Israel y sus poblados del sur, forzando al mismo tiempo a una retirada del ejército egipcio y presionando a su gobierno a aceptar un cese al fuego.

La operación en cuestión finalizó con una decisiva victoria israelí, mientras que los ataques de las fuerzas israelíes sobre Nitzana en la Franja de Gaza y la penetración en el interior de la Península del Sinaí forzaron al ejército egipcio, que estaba estacionado en esos territorios, a retirarse desordenadamente y aceptar un cese al fuego. El 7 de enero se dio comienzo formal a la tregua. Israel se vio obligado, por la presión internacional, a retirarse de Gaza, el Sinaí y el sur libanés, hasta las fronteras internacionales previas a la guerra.

El 5 de marzo fue lanzada la Operación Uvda ("Operación Hecho"). El 10 de marzo los israelíes tomaron Umm Rashrash (donde fue construida posteriormente la ciudad turística de Eilat) sin batalla. La Brigada Neguev y la Brigada Golani realizaron la mayor parte de la operación, cuyos soldados alzaron la bandera israelí sobre el territorio y se apoderaron formalmente de Umm Rashrash para Israel.


Resolución de la ONU 194

En diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 194 que reconocía (entre otras cosas) el derecho de los refugiados a regresar a sus hogares.

El caso de los aviones británicos
En la mañana del 7 de junio de 1949, pocas horas antes de que se aplicara el cese al fuego definitivo, cuatro aviones británicos Spitfire del Escuadrón 208 de la RAF, en un vuelo rutinario de reconocimiento sobre el área de Deir al-Balah, en el centro de la Franja de Gaza, repentinamente pasaron en vuelo rasante sobre un convoy militar israelí que había sido atacado anteriormente por la fuerza aérea egipcia. Los soldados israelíes de infantería confundieron a los aparatos británicos con aviones egipcios que se preparaban para una nueva ofensiva, por lo que procedieron a lanzar fuego antiaéreo contra los mismos, derribando a uno de ellos en el acto. Los tres aviones restantes fueron derribados por una patrulla de aviones israelíes de la recientemente creada FAI, conducidos por voluntarios provenientes de Canadá y Estados Unidos. Al día siguiente, otros cuatro aviones Spitfire británicos del mismo escuadrón que buscaban a los aviones desaparecidos de su unidad, fueron atacados por cuatro aviones israelíes que custodiaban la zona, siendo derribado en el suceso uno de los aviones británicos y resultando otro seriamente dañado por el joven piloto israelí Ezer Weizmann. Hubo otro enfrentamiento entre aviones británicos e israelíes el 20 de noviembre de 1948 cuando un aparato del Escuadrón 13 Mosquito de la RAF realizaba una reconocimiento fotográfico sobre el espacio aéreo del sur de Israel y fue destruido por un piloto israelí que conducía un avión P-51. Ante esta ola de sucesos, la oposición del Parlamento Británico protestó contra el gobierno del Reino Unido por su intervención directa en la guerra en favor de los Estados árabes. Estos hechos se inscriben como los primeros éxitos y el bautismo de fuego de la Fuerza Aérea de Israel.


Fin de la guerra


En 1949 Israel firmó armisticios con Egipto el 24 de febrero, con Líbano el 23 de marzo, con Transjordania el 3 de abril y con Siria el 20 de julio. Tras la contienda, Israel aumentó su territorio en cerca de un 23% más de lo asignado inicialmente por las Naciones Unidas. La franja de Gaza y Cisjordania fueron ocupadas por Egipto y Transjordania respectivamente.

El último acuerdo firmado entre Israel y Siria puso fin a la guerra. Israel había resultado indiscutible vencedor. Los judíos no solo se mantenían en la zona que les fue concedida en el plan de partición de 1947, sino que la ampliaron en 5.728 kilómetros cuadrados, imponiendo su dominio sobre 20.850 kilómetros cuadrados de superficie.

Víctimas

Israel perdió cerca del 1% de su población total: 6373 personas. Alrededor de 4000 eran soldados y el resto civiles.

El número exacto de pérdidas árabes no se conoce, pero se estima que puede rondar entre los 10.000 y los 15.000.

Jesús Enrique Ramirez Contreras

Guerra de Indochina

La Guerra de Indochina o Primera Guerra de Indochina fue uno de los conflictos coloniales del siglo XX que fue librado por Francia y los nacionalistas vietnamitas contra el Viet Minh de Ho Chi Minh por la independencia de la Indochina Francesa (Camboya, Laos, Vietnam del Norte y Vietnam del Sur) desde 1945 hasta 1954.

La independencia de Indochina fue el resultado de una larga lucha desde finales del siglo XIX hasta 1954 contra las potencias coloniales europeas entre las que figura el conflicto armado ocurrido en el antiguo protectorado de la Indochina francesa, dentro del marco de las guerras coloniales del siglo XX en el sureste asiático.


Orígenes del conflicto

A principios del siglo XX, la conquista del sureste asiático por las potencias occidentales había concluido, dejando sólo al reino de Siam como un Estado-tapón para evitar que surgieran conflictos entre el Reino Unido y Francia en la zona, pero el colonialismo creó un sentimiento de opresión externa que provocó una afirmación de la personalidad nacional y la unidad étnica, en la que los líderes e intelectuales buscaban sus raíces para revalidar su lengua, folclore y patrimonio cultural.

La disgregación de las antiguas estructuras feudales hizo surgir nuevas clases sociales que tendieron a combatir a Occidente con sus propias armas, reivindicando poder económico, libertades democráticas, la autonomía o la independencia; con lo que el imperialismo occidental creó las condiciones para la rebelión contra sí mismo. En el caso de Asia, la rebelión fue dirigida también contra las estructuras atrasadas de su propio sistema, y el nacionalismo se desarrolló por oposición a la dominación europea con mayor virulencia en aquellas zonas donde la penetración occidental fue más profunda.

Hubo movimientos de resistencia armada que intentaron hacer frente a los invasores occidentales y representaron tanto una reacción instintiva contra la intrusión extranjera como también un esfuerzo de la vieja aristocracia por conservar su autoridad y prestigio, pero la desproporción de fuerzas era muy grande y la resistencia careció de un carácter nacional que le diera cohesión a los distintos grupos de partisanos que en general operaron dentro de su región sin salirse de perspectivas locales, por lo que su resistencia fue reducida progresivamente.

Después de la fase de conquista y pacificación, los franceses implantaron su sistema de administración en Indochina y el fracaso de la resistencia hizo comprender a las élites locales que para vencer a los occidentales debían servirse de sus propias armas, por lo cual empezaron a estudiar las ciencias europeas para lo que muchos patriotas vietnamitas huyeron a Japón o China y, además de ser antifranceses, buscaron la forma de crear un estado moderno basado en conceptos científicos que sustituyeran a los del ya anticuado Confucianismo.

La formación del nacionalismo se vio involuntariamente favorecida por la propia acción colonizadora, que con el desarrollo de las comunicaciones y la centralización de la administración, acabó con el marco estrictamente lugareño de los acontecimientos y puso en contacto a pueblos que, si bien antes se repudiaron o se ignoraron, terminaron conociéndose y descubriendo que tenían mucha afinidad entre sí.

También la influencia ideológica fue un factor muy importante en la formación de una conciencia nacional, que no se extendió a través de la enseñanza oficial restringida por los franceses, sino a través de la circulación clandestina de libros prohibidos que trataban sobre temas de filosofía y política occidental y que eran leídos y estudiados ávidamente por los jóvenes intelectuales, dándoles nociones de los derechos de libertad e igualdad que brillaban por su ausencia en las colonias.

La Administración francesa hizo todo lo posible por mantener el control sobre el protectorado estableciendo como capital colonial la ciudad de Saigón para centralizar el poder, nombrando un Gobernador general con amplios poderes generales y limitando el acceso de la población local a la educación y a los puestos clave.

Para reforzar su gobierno en Indochina, de por sí altamente represivo, los franceses también instauraron medidas que prohibían la libertad de expresión, reunión o asociación y promovieron la enseñanza de un sistema de escritura inventado por misioneros del siglo XVIII, el Quôc ngu, con la finalidad específica de eliminar la influencia cultural china en la zona y, de esta manera, la de los intelectuales y líderes que promovían la resistencia. Con el tiempo, el Quôc ngu suplantó a la escritura china en Vietnam, pero su comodidad y simplicidad de uso lo convirtieron en un instrumento útil para los nacionalistas cuando éstos empezaron a implementar sus programas de educación de las masas y de renovación cultural.

En Camboya, fue la religión más que el nacionalismo en sí el que desempeñó un papel importantísimo en el crecimiento de la conciencia nacional; el Budismo actuaba como símbolo de reagrupación de las masas ante una causa común, hacer frente al extranjero invasor de religión diferente para defender los valores tradicionales, y su prestigio se vio resaltado debido al brillante comportamiento de sus sacerdotes como líderes de la resistencia contra los occidentales.

A partir de 1910, ya no ocurrieron más rebeliones importantes, los aristócratas terminaron aceptando la dominación extranjera y se estableció así una cooperación general de la aristocracia local con los franceses, que a pesar de haberles despojado de sus poderes efectivos, mantuvo su posición nominal y les convirtió en simples funcionarios del sistema colonial, ligando así sus intereses con los de los europeos para utilizarlos como instrumentos eficaces contra la resistencia local; que a partir de este momento empezó a ser liderada por las nuevas clases sociales surgidas del sistema colonial.

La Primera Guerra Mundial fue un acontecimiento que tuvo importantes repercusiones ideológicas en la formación del nacionalismo en Asia debido a las consecuencias políticas del conflicto como fueron la Revolución rusa de 1917, que lanzó una crítica contra el imperialismo en un momento en que las ideas marxistas se extendían y calaban con rapidez en Indochina.



El auge del comunismo en Indochina


Las ideas marxistas ya se habían introducido en Indochina antes de la Primera Guerra Mundial en un contexto en el que estaba surgiendo una masa proletaria industrial y aunque existían otros movimientos no comunistas, estos no eran tan efectivos a la hora de obtener resultados por lo que, una vez analizado el conjunto, la Internacional socialista se interesó por la situación de Indonesia e Indochina ya que consideraba que ambas colonias cumplían las condiciones pre-revolucionarias y tenían los regímenes coloniales más autoritarios y las poblaciones más miserables y numerosas.

El movimiento comunista se benefició de la dirección de Ho Chi Minh, conocido en sus inicios como Nguyên Ai Quôc, y de que no se enfrentó a una oposición religiosa determinante ya que el Budismo mahayana era extremadamente tolerante y estaba en decadencia, sólo el Catolicismo se opuso eficazmente pero su escasa difusión en Indochina no lo hizo un factor determinante.

Nguyên Ai Quôc fundó en 1925 dos organizaciones comunistas en Cantón sirviéndose de su experiencia como militante de grupos marxistas en Francia y la Unión Soviética y a través de una de ellas fundó un periódico, el Thanh niên(Juventud) para exponer temas marxistas y nacionalistas. En 1926, Quôc escribió el libro titulado El camino de la liberación, obra en la que expuso los pasos a seguir para alcanzar la revolución, y en 1929 se crearon más organizaciones comunistas que fueron unificadas para 1930 en Hong Kong como el Partido Comunista Vietnamita, que poco después pasaría a llamarse Partido Comunista Indochino(PCI) para abarcar a todos los territorios de la indochina francesa dentro de su área de influencia.

La Gran Depresión de 1929 provocó una crisis que afectó a la economía de Francia y hundió la de sus colonias, creándose así una crisis colonial que catalizó todas las fuentes de descontento latentes y favoreció un levantamiento general que fue brutalmente reprimido por los franceses pero que sembró el germen de la movilización nacional por la independencia. Los franceses siguieron controlando la situación pero se vieron obligados a reconocer por primera vez la necesidad de reformas en su sistema colonial que nunca se hicieron, continuando la situación prácticamente invariable hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial.



El regreso de Francia


La Segunda Guerra Mundial tuvo importantes consecuencias sobre el orden mundial ya que marcó el final de los imperios coloniales y favoreció la autodeterminación de muchos pueblos. Al estallar el conflicto, Francia cayó derrotada rápidamente por los alemanes por lo que, invadida la metrópoli, la situación de los franceses en Indochina pasó a ser extremadamente frágil.

Dicha situación fue aprovechada por los japoneses, que por entonces llevaban a cabo una política expansionista, y ocuparon Indochina parcialmente primero en 1940, para ocuparla definitivamente en 1941 cuando iniciaron un segundo frente en el Pacífico contra los aliados. Al principio los japoneses fueron recibidos como liberadores ya que promulgaban la unidad racial y cultural de Asia y trataron de ganarse la voluntad de la población proclamando la independencia de las distintas regiones de Indochina, expulsando a los franceses de los puestos clave y abriendo a las élites locales las funciones técnicas y administrativas que antes monopolizaban los europeos; pero cometieron excesos que les quitaron rápidamente el respaldo de la población y aceleraron considerablemente el proceso independentista con una coyuntura que facilitó la organización de los movimientos de resistencia para iniciar la lucha armada.

Los esfuerzos de la resistencia vietnamita fueron frustrados hasta mayo de 1941, cuando Nguyên Ai Quôc pasó a llamarse Hô Chi Minh y convocó la VIII Conferencia del Comité central en Pac-Bo donde fundó el brazo armado de su movimiento, el Vietminh (Liga por la independencia de Vietnam) y definió un programa completo en el que exponía una serie de medidas políticas, económicas y sociales que le aseguró la simpatía de las masas por lo que para 1945 el Viet Minh contaba con unas 500.000 personas, incluidas las mujeres, y una posición lo bastante fuerte para que Ho Chi Minh regresara a Vietnam.

En lo militar, el Vietminh inició la lucha contra los japoneses, combinando la acción política con el esfuerzo militar, organizando una guerrilla con asesoramiento de los comunistas chinos y sus primeras operaciones extendieron los combates mediante la creación de frentes a lo largo de Vietnam para lograr dispersar al enemigo y lograr constituir zonas liberadas en el alto Tonkín y a partir de aquí, el Vietminh siguió adelante con sus operaciones, gracias a la ayuda aliada proveniente desde China, hasta la capitulación japonesa de 1945. Y en 1944 hicieron una reunión a la que acudieron Vo Nguyen Giap, destacado líder militar y su líder político, Ho Chi Minh, en la que se determinaron que seguir colaborando con Estados Unidos era el camino más corto hacia la independencia por lo que el Viet Minh siguió proporcionando a los agentes de la OSS información sobre los aviadores derribados y les brindaba protección hasta proporcionales un pasillo seguro a China a cambio de recibir adiestramiento de los agentes de la OSS en el uso de armas de fuego, lanzallamas o explosivos que en ocasiones participaban también en la lucha guerrillera contra los japoneses.

Al mismo tiempo, aunque los japoneses habían ocupado Indochina mantenían una colaboración con los restos de la Administración francesa que, en teoría, era leal al gobierno francés de la Francia de Vichy, aliado de las potencias del Eje, pero ante la evolución desfavorable de la guerra para Japón y la sospecha de que los franceses estaban cooperando con los aliados para facilitarles un desembarco en Indochina los japoneses decidieron eliminar los restos de la Administración francesa y emprendieron una operación militar el viernes 9 de marzo de 1945 que pilló por sorpresa a los franceses y exterminó a sus fuerzas militares, atacando la mayoría de sus principales acuartelamientos.

En esta operación los japoneses aniquilaron a las guarniciones de Hanói, Haiphong, Vietri y Lang Son y el resto de las fuerzas francesas que lograron escapar al exterminio huyeron a China formando la llamada Columna Alessandre que, tras muchas penalidades, logró llegar a territorio chino y salvarse. Tras aquella operación sólo quedaron en Indochina fuerzas japonesas y nacionalistas vietnamitas colaboracionistas hasta la capitulación y retirada japonesa ocurrida meses después.



Mientras los japoneses perseguían a la Columna Alessandre, los comunistas instigaban al pueblo para que atacasen los almacenes de grano (muy escaso en aquella época) y sus fuerzas hostigaron a los japoneses y colaboracionistas hasta la rendición japonesa ante los aliados. Finalmente, el 7 de junio de 1945, declararon zona independiente la parte norte de Tonkín hasta la frontera China, que estaba ocupada por las fuerzas comunistas.

El repentino e inesperado fin de la guerra con el bombardeo de Hiroshima el 7 de agosto de 1945 provocó la retirada de los japoneses ése mismo mes y creo un momentáneo vacío de poder que el Vietminh aprovechó para apoderarse de gran cantidad de armamento y establecer un gobierno provisional en Hanói que proclamó la independencia de Vietnam el 2 de septiembre de 1945 y fue reconocido por el emperador Bao-Dai.

Sin embargo, los problemas no habían hecho más que comenzar para los nacionalistas vietnamitas; porque la parte norte de su país fue invadida por los chinos nacionalistas (venidos en teoría para desarmar a los japoneses) y la parte sur por los ingleses; dejando a Ho casi como un poder simbólico; pero sin la posibilidad de azuzar a su pueblo contra ellos para no demostrar que su gobierno realmente no contaba con ningún poder.

Con la intención de que los chinos se marcharan, Francia reconoció también a la República de Ho y se alió con ellos. Por su parte, el líder vietnamita no vio con malos ojos aquella posibilidad y afirmó "más vale comer un poco de mierda francesa que comer mierda china".

Los vietnamitas eran conscientes de que sólo habría un corto período entre la retirada japonesa y la aparición de las tropas aliadas junto con los franceses que tratarían de recuperar el control de Indochina, por lo que empezaron a hacer preparativos rápidamente para fortalecer su posición y aumentar su fuerza. Sus temores se verían confirmados cuando los chinos (venidos en teoría para desamar a los japoneses) invadieron Vietnam por el norte, y el sur fue ocupado por los ingleses creándose así una situación que favoreció el retorno de los franceses a Indochina poco tiempo después.

Desde el principio los franceses tenían la intención de restablecer el orden colonial anterior a la Segunda Guerra Mundial y recuperar el control de sus colonias por lo que se concentraron en fortalecer su posición aumentando paulatinamente su presencia militar y para 1946 sus intenciones eran tan evidentes que los comunistas decidieron envíar a Giap a París ese mismo año para negociar. Los franceses no estaban muy dispuestos a hacer concesiones pero como su control de Indochina aún era debil decidieron ganar tiempo dando concesiones simbólicas, así De Gaulle y Ho Chi Minh firmaron un acuerdo por el cual los franceses reconocían la república de Ho, su parlamento, ejército y recaudación propia; pero dentro de la Unión Francesa en la cual sólo tendría una representación diplomática ante el Vaticano o la Sociedad de Naciones y Francia se reservaba las competencias de política exterior y defensa con 15.000 soldados en la región.

De esta forma Vietnam tenía soberanía interior, pero no exterior; lo cual resultaba insuficiente para las aspiraciones vietnamitas y a largo plazo esta insuficiencia se mostró uno de los motivos principales que hicieron fracasar la Unión Francesa que nunca llegó a ser algo parecido a la Commonwealth.


Guerra con Francia


Los franceses llegaron a Saigón a finales de 1945 y al principio tuvieron que negociar con el Vietminh para poder entrar en Hanói, pero a medida que las fuerzas británicas y chinas nacionalistas entraron en Vietnam los franceses fueron haciendo exigencias cada vez más agresivas, a la vez que fortalecían su presencia militar en la zona e iban realizando golpes de mano que demostraban la intención de restablecer sin tapujos, el antiguo orden colonial mediante una política de fuerza.

La situación se agravó con el retorno de la Columna Alessandri, el envío de más tropas y la oposición del Partido Comunista Francés a que Vietnam lograra la total independencia. Más aún, Stalin pensaba que el PCF podía ganar las elecciones en Francia por lo que la opinión de los comunistas franceses le interesaba y no quería enemistarse con ellos por haber apoyado a los independentistas comunistas de Ho.

Pese a todo, en China Mao Zedong comenzaba a ganar la guerra contra las fuerzas gubernamentales de Chiang Kai-shek y podrían esperar ayuda de Mao.

La situación en el sureste de Asia estaba agitándose por el lado de los independentistas y comunistas: en Indonesia se vivía la agitación contra los holandeses, que llegaron a enviar tropas paracaidistas;[4] en Malasia la guerrilla comunista atacaba a los australianos y sobre todo los británicos que tuvieron que refundar los SAS[6] pero a parte de un clima favorable Ho sólo contaba con el apoyo de su vecino del norte con el que nunca las relaciones habían sido excesivamente cordiales ni en el pasado ni posteriormente (China invadió el norte de Vietnam a finales de los años 70).

A finales de noviembre de 1945 las tropas francesas comienzan un enfrentamiento contra los comunistas vietnamitas cuando requisan un junco chino con armas y municiones en Haiphong. Los enfrentamientos rápidamente crecieron y el ejército francés solicitó a su flota bombardear a los rebeldes.

En 1946 Ho viajó a París para entablar negociaciones sobre la independencia; pero los galos sólo estaban dispuestos a conceder una independencia limitada (representación diplomática ante la Santa Sede, posibilidad de tener un gobierno propio y algunas competencias poco significativas). De esta forma Ho regresa a Vietnam anunciando que las condiciones son inaceptables.

Los enfrentamientos y ataques por parte de los franceses continúan, pero el líder vietnamita aún considera posible un acuerdo y no da permiso a Giap para intervenir.

En el Vietminh se empezó a estudiar la situación y se planteó la posibilidad de una guerra con Francia, por lo que sus líderes diseñaron una estrategia integral que abarcaba tanto el terreno militar como el político y social estableciendo la necesidad de hacer una larga guerra de desgaste contra el Ejército francés, "promover la unidad nacional, conseguir el apoyo de las fuerzas democráticas internacionales, aislar políticamente a los franceses y suprimir los restos de la cultura colonial para edificar una cultura nacional, científica y popular". Los franceses por su parte se centraron más en lo militar y su estrategia consistía en lograr que las tropas al mando del general Leclerc obtuvieran una rápida victoria mediante una guerra relámpago.

En ese momento, el Vietminh era lo bastante poderoso como para dominar a la mayoría de las organizaciones de Vietnam y hacer la guerra contra los franceses, que habían extendido rápidamente su presencia por Indochina pero cuyo ejército estaba debilitado tras la Segunda Guerra Mundial por lo que no era lo suficientemente fuerte como para controlar la zona eficazmente.

En noviembre de 1946 comienzan las hostilidades y la guerra, pese a que Ho aún no se ha decidido a tomar la iniciativa.

En Laos y Camboya el escenario fue similar y en un principio iniciaron la lucha armada contra Francia por su cuenta, con el grupo Khmer Issaraks (Khmer libres) en Camboya y el Pathet Lao dirigiendo la resistencia en Laos desde la vecina Siam al no poder impedir la reocupación total de los franceses en 1946.

Los primeros incidentes importantes ocurrieron en Haïphong cuando los franceses desplegaron un crucero y un portaaviones para bombardear en principio una posición del Vietminh, pero terminaron atacando a una columna de refugiados por error y bombardeando la ciudad, aunque también causaron la muerte de miles de rebeldes. A partir de entonces la guerra fue inevitable y los intentos de negociación fracasaron por lo que los combates entre franceses y rebeldes continuaron en diciembre y enero; entretanto las fuerzas del Viêtminh fracasaron en su intento de mantener el control de Hanoi y se replegaron a las montañas para consolidar su aparato político y militar.

Sin embargo, las fuerzas coloniales ya temían que aquello se produjera y, pese a varios licenciamientos de soldados veteranos, contaban con suficientes fuerzas de la Legión Extranjera y los paracaidistas, todos lo suficientemente entrenadas para repeler la agresión. Con su moderno arsenal los franceses toman el control de las ciudades y persiguen a los guerrilleros. En una ocasión enviaron 15,000 hombres a la parte norte y más inaccesible de Vietnam para localizar y capturar a Ho y su cuartel general; pero los guerrilleros habían vuelto a esfumarse.

Desde el principio, el Vietminh casi siempre pudo concentrar las fuerzas necesarias para derrotar a las pequeñas y generalmente aisladas guarniciones francesas, a las que sometían volando primero puentes y carreteras para después enfrentarse a pequeños destacamentos y desaparecer en la jungla, donde raras veces se aventuraba el enemigo, más acostumbrado a ir por carretera.

En aquella primera fase de la contienda no se habla de guerra, ni siquiera se reconoce como tal. Sin embargo, para muchos participantes la impresión de que aquellos acontecimientos iban a desencadenar una confrontación en toda regla eran evidentes y algunos, como el español Roberto Pujol optaron por licenciarse.

El general Philippe Leclerc de Hauteclocque realiza avances importantes. En Nan Bo lanza a sus hombres y sus blindados contra cien mil guerrilleros, estos se desmoronan y son derrotados. No obstante no todo son fracasos para los vietnamitas; en el delta del Mekong los ataques contra la Legión son constantes y Leclerc debe desplazar tropas allí debilitando áreas donde Giap logra reclutar más campesinos-guerrilleros.[7] Estos ataques hacen tomar la decisión de desalojar varias aldeas sospechosas de colaborar con la guerrilla, lo cual crea un gran problema de refugiados y un resentimiento considerable y creciente.

El conflicto fue evolucionando cada vez más a favor de los rebeldes por lo que, en octubre de 1947, los franceses intentaron acelerar el final del conflicto lanzando un enérgico ataque sobre los reductos del Viêtminh en las montañas al norte de Hanói y que es conocido como la Ofensiva del Viêt-Bac (Alto Tonkín). El asalto se inició con nueve batallones que formaron dos puntas de lanza, y un ataque de la Infantería paracaidista francesa sobre un poblado que se sospechaba era un cuartel general rebelde; el ataque sorprendió a los rebeldes, cuyos líderes se encontraban en la zona y tuvieron que esconderse en una acequia ubicada a pocos metros de una posición enemiga.


Balance de los primeros años del conflicto


En los primeros enfrentamientos los franceses vencieron con facilidad a los comunistas vietnamitas expulsándoles de las ciudades rápidamente hasta tomar el control de todas ellas.

Giap llevó a sus hombres a las zonas rurales que habían comenzado a dominar los meses anteriores, campos y a las selvas donde contaba con cierta ventaja por la vegetación y el adiestramiento. Pese a todo, el poder de Francia era muy superior, se realizaron varias operaciones y finalmente Giap optó por la retirada hacia China, donde podían contar un refugio seguro para reorganizar sus fuerzas, entrenarlas mejor y, contar con algo más de armamento.

Los franceses estaban exultantes y despreciaban a Giap y a sus hombres por su escasa estatura y su aspecto casi famélico, pese a que realmente sólo estaban seguros en las ciudades. También contribuía a la moral los refuerzos de soldados provenientes de muchas partes del mundo que, con la finalización de la Segunda Guerra Mundial, no deseaban dejar la vida militar o necesitaban escapar de la justicia por sus atrocidades cometidas en ella.

Así, los primeros tres años las apariencias indicaban que París estaba ganado la guerra. Bien es verdad que numerosas zonas del norte y el sur de Vietnam estaban por entero en poder de los rebeldes y que Estados Unidos contribuía fuertemente con el esfuerzo bélico francés (un 8% del gasto militar lo sufragaba el gobierno de Eisenhower).

Francia puso mucho interés en conservar la «joya del imperio francés» con su caucho, su arroz y su opio, materias primas a las que después se añadirían otras consideradas estratégicas como el estaño. Por su valor económico y también porque el conflicto argelino aún no demandaba excesiva atención, Francia destinó a la península asiática a sus mejores oficiales, como el general Leclerc y después el general Alessandre

Después de tres días de duros combates, los franceses obtuvieron cierta ventaja militar, pero el objetivo de la ofensiva no se consiguió, los líderes rebeldes no fueron capturados y el enemigo no se expuso a una batalla campal que habría supuesto su destrucción y una posible victoria final. El Ejército francés intentó nuevamente forzar la situación a su favor con un nuevo ataque en diciembre de 1947, que fue hábilmente rechazado por los rebeldes, que permanecieron en la jungla y hostigaron al enemigo hasta obligarle a retirarse. El fracaso de la ofensiva convenció a los franceses de que la victoria no sería cosa fácil, por lo que intensificaron sus esfuerzos por alcanzar un rápido final del conflicto con vanos intentos por eliminar a los rebeldes, que derivaron en una agotadora guerra de guerrillas que se prolongó hasta 1950, en la que ni los franceses fueron capaces de imponerse en el terreno ni el Vietminh fue capaz de realizar operaciones de gran envergadura.

El fin de la Guerra

Finalmente las fuerzas francesas cayeron el 7 de mayo de 1954, Francia perdía lo mejor de su fuerza de combate y cualquier postura de fuerza en una negociación. Así mismo el conflicto argelino demandaba el máximo de atención. En Ginebra se decidió el abandono de la colonia, la separación de Vietnam en dos estados soberanos y la celebración de un referéndum un año después donde los vietnamitas decidieran su reunificación o su separación definitiva.

El 9 de octubre de 1954 los últimos soldados franceses arriaban la bandera tricolor de los edificios públicos de Hanoi y son sustituidos por oficiales del Viet Minh que hacen su entrada en la capital con un desfile. Así mismo llega Ho Chi Ming a la capital de la que sería hasta 1975 República Democrática de Vietnam, más conocida por Vietnam del Norte.
Los dirigentes del Sur optaron por dar un golpe de estado y no celebrar este referéndum. Por este motivo Vietnam del Norte comenzó las infiltraciones de soldados en apoyo del Vietcong para anexionarse a Vietnam del Sur. Así comenzó la Segunda Guerra de Indochina más conocida por Guerra de Vietnam que los vietnamitas llaman Guerra de los Estados Unidos.

Guerra de Invierno

La Guerra de Invierno (en finés talvisota, en ruso Зимняя война, en sueco vinterkriget) estalló cuando la Unión Soviética atacó Finlandia el 30 de noviembre de 1939, tres meses después del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Como consecuencia, la URSS fue expulsada de la Sociedad de Naciones el 14 de diciembre. Stalin había esperado conquistar el país entero para finales del año, pero la resistencia finlandesa frustró a las fuerzas soviéticas, quienes superaban en número a los fineses tres a uno. Finlandia aguantó hasta marzo de 1940, cuando un tratado de paz se firmó cediendo cerca del 10% del territorio finés y el 20% de su capacidad industrial, a la Unión Soviética.

El resultado de la guerra fue complejo. Aunque las fuerzas soviéticas pudieron finalmente atravesar la defensa finesa, ni la Unión Soviética ni Finlandia salieron ilesos del conflicto. Las pérdidas soviéticas en el frente fueron tremendas y la posición internacional del país sufrió. Aún peor, la destreza combativa del Ejército Rojo fue puesta en cuestión, un hecho que contribuyó fuertemente a la decisión de Hitler de lanzar la Operación Barbarroja. Finalmente, las fuerzas soviéticas no cumplieron su objetivo primario de la conquista de Finlandia, sólo lograron una secesión de los territorios de Petsamo, Salla y mayor parte de Karelia. Por su parte, los fineses retuvieron su soberanía y atrajeron considerable buena voluntad internacional.

Los preparativos franco-británicos para apoyar a Finlandia a través del norte de Escandinavia (la campaña aliada en Noruega) fueron impedidas por el armisticio del 15 de marzo. Sin embargo, la misión siguió adelante con la nueva meta de ocupar las minas de hierro del norte de Suecia, provocando la invasión de Dinamarca y Noruega por parte de la Alemania Nazi el 9 de abril de 1940 (Operación Weserübung).

La Guerra de Invierno (talvisota en finlandés, vinterkriget en sueco) fue un desastre militar para la Unión Soviética. No obstante, Stalin aprendió de este fiasco y se dio cuenta de que el control político sobre el Ejército Rojo ya no era factible. Tras la Guerra de Invierno, el Kremlin inició el proceso de reinstaurar a oficiales calificados y modernizar a sus fuerzas, una decisión que permitiría a los soviéticos resistir la invasión alemana. Se podría discutir que ni los ejércitos de Francia, Gran Bretaña, o EE. UU. habrían estado preparados para la guerra invernal, aunque esto está poco probado. En la Batalla del Bulge (o de las Ardenas) a fines de 1944, se pudo ver, sin embargo, a miles de soldados de las tropas estadounidenses atrapados por un clima relativamente suave al lado del invierno nórdico.


Antecedentes

Finlandia había sido parte del Reino de Suecia hasta que la Rusia zarista la conquistó en 1808 y la convirtió en un estado colchón entre ambos reinos con la finalidad de proteger la capital rusa de la época, San Petersburgo.

La Carelia oriental (incluyendo el istmo carelio que sería el campo de batalla de la Guerra de Invierno) tenía unos antecedentes históricos distintos a los del resto de Finlandia. Fue posesión de la república rusa medieval de Nóvgorod (ver también Guerras sueco-novgorodenses), y más tarde del estado de Moscú. En 1617 la Carelia Oriental llegó a encontrarse bajo dominio sueco. Durante el dominio sueco esta región perdió toda la población rusa y carelia. En 1721, como resultado de la Gran Guerra del Norte, el istmo carelio regresó a manos rusas, hasta que un siglo más tarde, en 1809 el zar Alejandro I transfiriera esta región al Gran Ducado de Finlandia.

Después de la Revolución rusa que llevó a los bolcheviques al poder, Finlandia se declaró independiente el 6 de diciembre de 1917. Se crearon fuertes lazos entre Alemania y Finlandia cuando el Imperio alemán ayudó clandestinamente a los fineses a obtener su independencia, uno de los medios utilizados fue entrenar fineses voluntarios, conocidos como Jägers, para enviarlos a luchar contra Rusia durante la Primera Guerra Mundial. La derrota alemana impidió el establecimiento de un príncipe alemán como Rey de Finlandia. Sin embargo, los lazos de unión entre ambos países siguieron siendo fuertes, incluso a pesar de que los fineses no miraban con buenos ojos el ascenso al poder de los nazis.

Por el contrario, las relaciones entre la Unión Soviética y Finlandia fueron frías y tensas desde el inicio. Dos intentos de rusificar Finlandia por parte de la Rusia zarista y la represión violenta de una rebelión socialista en Finlandia, habían hecho que ambos países se miraran con desconfianza. Stalin preparándose lentamente para una inevitable guerra con la Alemania Nazi, se percató de que la frontera finesa (que cruza el istmo carelio) estaba a sólo 32 kilómetros de Leningrado, siendo una excelente base para una invasión germana. En 1932, la Unión Soviética firmó un tratado de no agresión con Finlandia, y en 1934 se reafirmó el tratado por diez años más.

En abril de 1938 los soviéticos iniciaron negociaciones diplomáticas con Finlandia, con el objetivo de desarrollar una defensa unida contra Alemania. Poco a poco, las solicitudes soviéticas de intercambiar territorio con Finlandia se fueron convirtiendo en demandas, y un año después las negociaciones estaban estancadas, mientras que la situación política europea se deterioraba rápidamente.

El 23 de agosto de 1939, la Unión Soviética y Alemania firmaron el Pacto Molotov-Ribbentrop, que estipulaba que no habría agresión entre los dos países por diez años. Una cláusula secreta desglosaba el reparto de los países de Europa Oriental entre los países firmantes. Finlandia quedó en la esfera de influencia soviética, mientras que Polonia debía ser dividida entre ambos. El 1 de septiembre del mismo año, Alemania invadió Polonia, tres semanas después la Unión Soviética invadió desde el este. Respetando el pacto nazi-soviético, Polonia fue dividida.

En otoño de 1939, la Unión Soviética realizó su última demanda a Finlandia: la frontera debía moverse 25 kilómetros atrás desde Leningrado, además debía permitir el establecimiento de una base naval en la península de Hanko por treinta años. La Unión Soviética ofrecía a cambio un área en Carelia el doble de extensa, pero menos desarrollada que el territorio demandado. El Presidente finés Urho Kekkonen declararía en septiembre de 1963, "Cuando hoy en día, 20 años después, nos ponemos en la posición de la Unión Soviética, a la luz de la invasión de Hitler en 1941, la preocupación que la Unión Soviética tenía, y debía tener, en relación con su seguridad al final de la década de los 30 se vuelve comprensible."

El gobierno finés rehusó aceptar las demandas soviéticas. El 26 de noviembre tuvo lugar el Bombardeo de Mainila, en el que artillería soviética atacó varias áreas cerca de la aldea rusa de Mainila, anunciando luego que el ataque había sido finés y que varios soldados soviéticos habían muerto. Los soviéticos demandaron de nuevo que Finlandia replegara sus tropas 25 kilómetros atrás de la frontera y que pidiera disculpas por el incidente. Finlandia negó estar involucrada en él y rehusó pedir disculpas. La Unión Soviética declaró entonces que el Pacto de No Agresión de 1934 no seguía vigente y el 30 de noviembre atacó a Finlandia con 23 divisiones, sumando 450 000 hombres, alcanzando rápidamente la Línea Mannerheim.

Un gobierno títere fue creado entonces en la pequeña área del territorio finés ocupada, en el pueblo fronterizo de Terijoki el 1 de diciembre, estableciéndose la República Democrática de Finlandia, con Otto Kuusinen como Jefe de Estado.



Inicio de la guerra

La táctica soviética era simple: se emplearían cuatro ejércitos bajo el mando del comandante Kirill Meretskov, que atacarían la frontera finlandesa de más de 1200 kilómetros de longitud, siendo sus principales armas la superioridad numérica y la utilización abrumadora de tanques y aviones. El 7º Ejército se lanzaría contra la línea Mannerheim de unos 130 kilómetros de longitud desde el Istmo de Carelia, y después de ocupar Viipuri se dirigiría a Helsinki, la capital finlandesa. El 8º Ejército atacaría a su vez desde la ribera oriental del lago Ladoga, mientras que el 9º Ejército cruzaría más al norte, alcanzando rápidamente la costa oeste del país en Oulu, dividiendo Finlandia en dos. El 14º Ejército se encargaría de ocupar el puerto de Petsamo, al norte del país, que era considerado una potencial amenaza para el puerto ruso de Múrmansk si fuera ocupado por los enemigos de la Unión Soviética.

Finlandia sólo había tenido tiempo para movilizar a 180 000 hombres, que sin embargo se habían entrenado en tácticas de guerrilla, practicado el uso de esquíes para desplazarse, estudiado la geografía del futuro campo de batalla y obtenido trajes de camuflaje eficientes. Al mismo tiempo improvisaron una bomba casera utilizada con éxito en la Guerra Civil Española, que en la Guerra de Invierno sería bautizada como cóctel Molotov o Bomba Molotov. El invierno de 1939 y 1940 fue extremadamente duro, con temperaturas de -40° centígrados, que sin embargo podían soportar los fineses con mayor facilidad que los rusos. Conscientes de su inferioridad numérica, los fineses no se atrevieron a enfrentarse a los invasores soviéticos en el campo de batalla, sino que atacaron a los grupos enemigos aislados e hicieron de las provisiones enemigas sus principales objetivos. En estos grupos aislados destacaban los francotiradores, los cuales causaban el terror entre las filas soviéticas, como el famoso Simo Häyhä, el cual en los 115 días de guerra llegó a eliminar hasta 505 soldados soviéticos.

A pesar de que existían muchos comunistas en Finlandia, el mal trato infligido a los fineses residentes en la Unión Soviética durante la Gran Purga de Stalin, colocó a casi todos los fineses, sin importar su filiación política, contra el país invasor. Además, después de la guerra civil finlandesa, se habían dictado muchas leyes que redujeron la barrera entre los estratos de la sociedad. Este espíritu de unión entre los fineses, posteriormente fue llamado el "Espíritu de la Guerra de Invierno", aunque cabe resaltar que a muchos comunistas no se les permitió entrar al ejército.

Mientras el factor político influyó de forma positiva en la defensa finlandesa, en el caso soviético fue todo lo contrario. Los oficiales soviéticos eran extremadamente arrogantes, y aparentemente al mismo tiempo incompetentes, habiendo obtenido muchos el cargo gracias a sus conexiones políticas, más que por su destreza. Muchos de estos nuevos comandantes seguían las obsoletas tácticas de la Primera Guerra Mundial, y miedosos de hacer enfadar a los altos oficiales soviéticos, carecían de iniciativa, y en muchas ocasiones sufrieron grandes pérdidas al no retirarse de posiciones donde el sentido común les decía lo contrario, ya que no recibían la orden de hacerlo. Se estima que el 80% de los comandantes del Ejército Rojo fueron reemplazados durante la Gran Purga. Varios testimonios aseguran que entre los ejércitos rusos habían bandas de música, anticipando la celebración de una victoria rápida, también aseguran que los soldados avanzaban despreocupados por el frente, cantando el himno nacional soviético, sin preocuparse por la resistencia finlandesa.

El Ejército Rojo no estaba bien equipado para la guerra en invierno, especialmente en los densos bosques, además muchos de los vehículos utilizados no habían sido probados a temperaturas extremas. De esta manera, tuvo que mantenerse a los vehículos encendidos las 24 horas del día, para evitar que el combustible se congelara en el motor.

Todos estos contratiempos influyeron en que la fuerza de invasión soviética inicial de 200 000 hombres y 900 cañones, no pudo hacer frente a los 130 000 hombres y cañones defensores desplegados en el Istmo de Carelia. Los mil tanques soviéticos empleados en la ofensiva fueron muy mal utilizados, y se perdieron muchos. Este fracaso es resaltado aún más al comprobarse la pobre preparación de los finlandeses. Muchos de los soldados finlandeses no tenían uniforme, y tenían que utilizar sus propias ropas y confeccionarse una insignia. Estos uniformes variados fueron bautizados el "modelo Cajander", en alusión al Primer Ministro finés Aimo Cajander. Sin embargo, la mala preparación de los soldados soviéticos enviados a Finlandia, entregó muchas armas directamente a los finlandeses que, afortunadamente para ellos, utilizaban el mismo calibre. De esta manera, el botín del enemigo fue esencial para mantener la resistencia finlandesa. Además, los líderes soviéticos sentían desconfianza de los soldados rusos que vivían cerca de Finlandia, así que para la invasión utilizaron a soldados del sur del país, menos habituados a pelear en la nieve y en los bosques árticos. El general Meretskov pensaba que la guerra sería corta, no pasando de una semana, por lo que no se molestó en vestir a los soldados apropiadamente. Por su parte, la mayoría de la población finlandesa vivía fuera de las ciudades, por lo que ya disponía de ropa de invierno para soportar uno de los peores inviernos en la historia de Finlandia.

En el terreno de la guerra aérea, la Unión Soviética quedó malparada también, ya que las fuertes defensas antiaéreas finlandesas derribaron a un número extremadamente alto de aviones soviéticos. Por ejemplo, para el día 105 de la guerra, la fuerza de cazas finlandeses D-XXI derribó 120 bombarderos rusos, perdiendo sólo 12 cazas y 8 pilotos. En total, 684 aviones soviéticos fueron derribados durante la guerra, 240 por cazas finlandeses. Por su lado, Finlandia perdió 62 aviones.

En el norte, las divisiones soviéticas 103° y 52° lograron capturar el puerto de Petsamo con la ayuda de la artillería costera, sin embargo, al ir avanzando hacia Rovaniemi o Ravaniemi, la capital de Laponia, las bajas empezaron a aumentar dramáticamente, llegando a situarse en 42 bajas soviéticas por cada baja fines. Más al sur, los soviéticos decidieron que la captura del pueblo de Suomussalmi era importante para el avance de la guerra en el centro de Finlandia, ya que al capturar el centro ferroviario de dicho centro poblado, se podría transportar provisiones a las tropas del frente rápidamente. Para capturar este poblado se envió a la 163ª División, dotada de 17 000 hombres, una fuerza tres veces mayor a la fuerza finlandesa en la zona.



Desastres soviéticos

Continuando su marcha sobre Rovaniemi, las divisiones 103ª y 52ª fueron detenidas finalmente a más de 370 kilómetros de su objetivo, mientras que el centro de Finlandia, las divisiones 88ª y 122ª, cuyo objetivo también era Rovaniemi, fueron detenidas 60 kilómetros adentro del país.

Para diciembre era obvio que la invasión no iba a ser el paseo militar que inicialmente habían pensado. Sin embargo a pesar de las fuertes bajas que los soviéticos habían sufrido, la mayor humillación faltaba por venir.

Como había sido planeado, la 163ª División soviética, en su mayoría soldados mongoles, avanzaron hacia Suomussalmi en noviembre de 1939, el 11 de diciembre empezaron a ser atacados por guerrilleros finlandeses, y debido a su despreocupado avance, sin proteger sus flancos, pudieron ser cercados por una fuerza menor. Para el 30 de diciembre, la 163ª división había sido destruida. Sin embargo, los combatientes de Suomussalmi no estaban satisfechos.

La 44ª División de Infantería Soviética también llegó a las cercanías de Suomussalmi, más o menos en la misma fecha en que la 163ª División estaba siendo cercada. En el llamado "Incidente de Raatteentie", ocurrido durante la Batalla de Suomussalmi, la 44ª División (cerca de 25.000 ucranianos) marcharon por la angosta carretera de Raate directo hacia una emboscada finlandesa, donde una unidad llamada "Osasto Kontula" (de 300 hombres) bloqueó el paso de la división, mientras el coronel finlandés Siilasvuo y su división de 6000 hombres los atacaron por la retaguardia, dividiendo la división desplegada a lo largo de la carretera en secciones pequeñas, llamadas motti en finlandés, destruyéndola una por una. Para el 8 de enero, los supervivientes de la 44ª División se retiraron y la batalla de Suomussalmi terminó. En ambos ataques de Suomussalmi, los finlandeses cortaron los suministros soviéticos, por lo que al quinto día sin comida y a temperaturas de -40°, los soldados soviéticos se empezaron a lanzar desordenad
amente contra los hostigadores finlandeses, muriendo cientos de forma estúpida. Mientras que los finlandeses perdieron 800 hombres de 6300, los soviéticos perdieron 23 000. Además Finlandia capturó 43 tanques, 71 cañones de artillería y antiaéreos, 29 cañones antitanques, tractores, 260 camiones, 1170 caballos, y muchas armas, municiones y material médico.


Fin de la guerra

Después del invierno, Suecia y Alemania presionaron a Finlandia para que negociara la paz. El 29 de enero, los finlandeses recibieron una carta de Moscú, donde se declaraba que el gobierno soviético no se oponía a firmar un tratado para concluir la guerra. Finlandia aceptó, pero las condiciones impuestas eran tan duras, que las rechazaron, ya que en ese momento el Ejército Rojo, sólo había penetrado unos pocos kilómetros en territorio finés.

Cuando la noticia de Suomussalmi había llegado al Kremlin, Stalin furioso había cambiado el mando de la guerra, nombrando a Semión Timoshenko como nuevo comandante. El 1 de febrero se reinició la ofensiva, esta vez con 600 000 soldados descansados o traídos de otros lugares, en esta ocasión el apoyo de la artillería fue abrumador y exagerado, aunque logró el efecto deseado. Los cansados defensores finlandeses fueron sobrepasados, y a inicios de marzo la línea Mannerheim fue finalmente quebrada, dejando el campo libre a la ocupación soviética.

En este punto Inglaterra y Francia ofrecieron ayuda (100 000 ingleses y 35 000 franceses, concretamente), siendo enviados el 20 de marzo 15 000 soldados, llegando el resto después. Los aliados exigieron dos condiciones para enviar la ayuda:

Finlandia debía solicitar la ayuda oficialmente.

Noruega y Suecia deberían permitir el paso de las tropas inglesas y francesas por el norte de sus territorios.

Se ha sugerido que la verdadera intención de esta ayuda tardía era la ocupación del norte de Suecia y los puertos noruegos, privando a Alemania del acero, además de presionar a los dos países ocupados a unirse al bando aliado.


Finlandia jamás respondió a esta oferta, ya que los líderes fineses se dieron cuenta que la ayuda jamás llegaría a tiempo para salvar a su país.

El 12 de febrero los rusos presentaron sus demandas de nuevo, esta vez no sólo exigían a la ciudad de Hanko, sino que también querían el Istmo de Carelia y el norte del lago Ladoga. El 13 de febrero, el cánciller fines viajó a Suecia a solicitar ayuda inmediata, pero los suecos se negaron.

El 3 de marzo Finlandia declaró que accedería a firmar la paz si se permitía conservar Viipuri y Sortavala, obteniendo una respuesta negativa. El 8 de marzo una delegación finesa viajó a Moscú a redactar el tratado de paz, que fue firmado finalmente el 13 de marzo de 1940. A las 11 de la mañana de ese día finalizó la guerra.

Las condiciones del Tratado de Paz de Moscú fueron las siguientes:

Todo el istmo de Carelia y el territorio al norte del lago Ladoga, incluyendo a las ciudades de Viipuri, Käkisalmi y Sortavala, serían cedidos.

Una área cerca de Salla y Kuusamo serían cedidos, con el objetivo de proteger el ferrocarril de Murmansk.

La parte occidental de la isla Kalastajasaarento, al norte de Petsamo sería cedida.

Las islas orientales del Golfo de Finlandia, incluyendo Suursaari serían cedidas.

Hanko estaría ocupada por la Unión Soviética por treinta años, además se reservarían el derecho de instalar bases militares.

Otras condiciones establecían que los soviéticos podrían cruzar libremente por Petsamo para llegar a Noruega, además Finlandia tuvo que reconstruir ciertas vías de tren destruidas y regalar los ferrocarriles y los vagones para las mismas, así como camas, equipo médico, medicinas, etc. Además no podía formar alianzas con bloques opuestos a la Unión Soviética.

La reacción finlandesa ante las duras condiciones impuestas por la Unión Soviética fue de asombro. Las victorias de diciembre les habían hecho creer que podían derrotar al país agresor, y muy pocos finlandeses se dieron cuenta de lo cerca que estaba su ejército de ser destruido en marzo de 1940. Ese 13 de marzo las banderas finlandesas fueron colocadas a media asta.


Consecuencias

Los finlandeses declararon haber perdido 25 000 hombres y haber sufrido 55 000 heridos. Las cifras soviéticas fueron retocadas, la única cifra oficial que se puede aproximar a la realidad, es la que dio Nikita Jrushchov en sus memorias: unos 270 000 soldados.

Finlandia perdió el 10% de su territorio, donde habitaban unos 450 000 finlandeses, que prefirieron irse, dejando desierta la región conquistada, que fue repoblada con rusos. También perdieron el 17% de su sistema ferroviario, el 10% de las zonas de agricultura, el 11% de los bosques y el 17% de su capacidad eléctrica.

La República Democrática de Finlandia fue convertida en la República Socialista Soviética Carelo-Finesa, y Otto Kuusinen pasó a ser su canciller hasta 1956, cuando fue anexada a la República Socialista Federativa Soviética de Rusia.

La Guerra de Invierno es considerada muy importante en el desarrollo de la historia contemporánea, ya que tuvo las siguientes consecuencias:

Finlandia mantuvo su autonomía y se mantuvo al oeste del Telón de Acero, sin pertenecer nunca al bloque soviético durante la Guerra Fría.

Stalin se dio cuenta de la ineficiencia de su ejército al seleccionar a sus comandantes de acuerdo a su trasfondo político, y de esta manera reinstituyó en su cargo a oficiales destituidos durante la Gran Purga, sólo por no ser entusiastas comunistas como Konstantín Rokosovski. Además se percató de lo atrasado de las técnicas y máquinas de guerra soviéticas, lo que lo motivó a reformar al Ejército Rojo. Dicha reforma colocó al ejército en una mejor posición para afrontar la futura invasión germana de 1941.

Hitler se dio cuenta también de la debilidad de la Unión Soviética y se convenció a sí mismo, de que no debía esperar hasta 1945 para atacarla.


Voluntarios extranjeros

La opinión mundial simpatizó siempre con Finlandia, por lo que voluntarios del extranjero llegaron a apoyar la autonomía del país escandinavo. La cifra oficial es la siguiente: 1010 daneses, 895 noruegos, 372 de la región de Ingria, 346 finlandeses que vivían en el extranjero, y 210 extranjeros de otros países. Entre estos últimos se encontraba el actor británico Christopher Lee, que confiesa que por su nacionalidad no se le envió nunca al frente.

Suecia envió a 8000 soldados voluntarios, sin embargo, a última hora cambio de opinión y fueron retirados abruptamente del frente, muriendo sólo 33 en las pocas horas que lucharon. Además, un tercio de los pilotos suecos se ofrecieron, pero no se les permitió ir y se les bajó el rango. Esta falta de solidaridad sueca, causó animosidad entre los finlandeses y los suecos, que aún hoy en día aseguran que si Suecia hubiera apoyado a Finlandia desde el inicio, tal vez la Unión Soviética nunca hubiera atacado.

El piloto alemán, Carl Gustaf von Rosen, pariente de Hermann Göring, también participó en la guerra apoyando a Finlandia.